Skip to main content
/themes/custom/ufc/assets/img/default-hero.jpg

Rousey y Carmouche, rompiendo fronteras

Ronda Rousey y Liz Carmouche encabezarán el evento UFC 157 este Sábado 23 de Febrero.

No es un
secreto, en la actualidad las mujeres se mantienen rezagadas en el mundo con
respecto a los hombres, y aunque esa situación ha cambiado con el pasar de los
años, es todavía un proceso lento e insuficiente. Las mujeres deben luchar el
doble muchas veces para lograr sus objetivos.

Este
Sábado, cuando por primera vez en UFC veamos a dos mujeres peleando, lo veremos
además con un título de por medio y en la pelea estelar de UFC 157, Ronda Rousey vs
Liz Carmouche. De inmediato las
mujeres tienen el lugar que corresponde al menos en esta organización: y este
es el mismo que cualquier otro hombre.

Ronda RouseyEste par de
talentosas atletas no son sólo representantes del alguna vez llamado “sexo
débil”, Ronda por su parte es además latina, por el lado de su madre. Su abuelo
materno fue un inmigrante venezolano, su madre habla todavía español, al igual
que su hermana María, sin embargo Ronda no lo aprendió porque apenas y pudo
hablar inglés, pues tuvo problemas de nacimiento que le retrasaron el habla
hasta una edad muy tardía; esto es otra minoría o segmento en el que se vio
identificada, las chicas que son abusadas y objeto de burlas por problemas
personales. Liz por su parte, es gay. “Soy la primera peleadora lesbiana del
UFC” dice con orgullo esta exmarine, quien no sólo entrena MMA, sino que lo
hace mientras trabaja en un gimnasio en San Diego, literalmente atendiendo la
recepción, abriendo y cerrando el lugar, y dando clases.

Mujeres
quienes además caen en categorías de minorías, sobre todo en los EUA donde la
clasificación social es tan importante, créanme, las hace doblemente
admirables.

Carmouche
vive su vida abiertamente homosexual incluso como peleadora, su protector bucal
es el arcoíris tan representativo de la comunidad lésbico-gay. Vive con su
novia Eliza Lopez en Hillcrest, el barrio gay de la ciudad de
San Diego. “No puedo poner en palabras lo que significa, es un honor estar aquí”
dijo Liz sobre ser parte de la historia de este deporte.

Ronda con su madre y hermana en AnaheimRonda por su lado, no sorprende que sea una mujer ejemplar, su madre AnnMaria De Mars es el primer ciudadano americano (hombre o mujer) en ganar un campeonato mundial de Judo, tiene además dos maestrías y un doctorado, que logró mientras educaba a cuatro hijas; algo le enseño y muy bien. De pequeña, creció entre hispanos y se sintió rezagada por sus problemas de lenguaje. Luego fue molestada mucho por su apariencia, el ser una chica musculosa, fuerte por entrenar desde muy chica motivaba a otros niños y adolescentes a burlarse de ella. Pero ello y el apoyo de su familia formaron toda una peleadora.Su hermana,
María Burns, también relacionada al
deporte y exitosa, pero como reportera para ESPNFOX News Latino lo dice: “Mi madre nos educó como cualquier madre
latina, siempre motivándonos a hacer las cosas mejor. Nadie cree que Ronda es
latina, pero fue educada en este ambiente bilingüe ya común hoy en día, aunque
ni siquiera es bilingüe en muchos casos. Siempre fue competitiva. Yo creo que
está muy por encima del promedio y hasta que alguien no la pare seguirá
sometiéndolas vía de palanca al brazo, además sólo porque no la hayan visto
hacer otra cosa no significa no puede, ella hará lo que tenga que hacer para
ganar, no importa lo que cueste, ella encuentra el camino’.

La
superación no siempre se consigue de forma fácil, para Carmouche tampoco lo
fue, durante su servicio en el ejército sirvió tres veces en medio oriente,
experiencia que dice haberla marcado y por lo cual nada podrá intimidarla, sin
embargo su lucha interna era doble, pues en esa época se vio forzada a mantener
su homosexualidad oculta, la milicia norteamericana no permitía la apertura queLiz Carmouche hoy en día ya aceptan. Liz dice se vio forzada a vivir con ese miedo a ser
descubierta y pagar las consecuencias, y en cuanto tuvo la oportunidad lo hizo
público y aunque no lo usa como bandera, tampoco lo oculta ni se avergüenza,
simplemente vive su vida como debería, de forma normal; aunque ciertamente sí
es un ejemplo para la comunidad lésbico-gay, para quienes todo modelo exitosos
a quienes seguir es una ayuda, una victoria más.

“Cuando era
niña tenía que inventar e imaginar modelos femeninos inexistentes”, menciona
Ronda sobre su niñez, por suerte para las niñas de hoy, tanto ella como Liz lo
son, se han convertido en ejemplos que cualquiera querría seguir. María también
lo dice: “Ella debería ser un modelo para las latinas, quizá muchos no lo saben
pero cuando sepan que es hispana quizá digan ‘wow eso la hace todavía mejor’, y
además no hay muchas atletas hispanas sobresalientes. Ronda está rompiendo
fronteras”. Sin duda, justo como todo quien busca mejorar su vida y superar
cualquier obstáculo que se le ponga enfrente, como muchos latinos inmigrantes,
como los homosexuales, o simplemente mujeres buscando igualdad. No está de más
repetirlo, estas mujeres están rompiendo fronteras y si a alguien aún le pesa
será mejor se hagan a un lado.

Ronda
todavía habla de este menosprecio: “Me molesta la gente que dice ‘¿Cómo te
atreves a tener tan alta opinión de ti misma? ¿Cómo te atreves a pensar que
puedes hacer todo esto?’. ¡Yo tuve que trabajar muchísimo para creer en mí
misma! No sé cómo uno debe mantener la fe en la gente cuando hay que lidiar con
eso todo el tiempo”. La respuesta la tenemos en ellas dos, al ver a este par de
mujeres, uno mantiene y crece su fe en las personas.